Conoce mas sobre la dislexia
Definición
Es la dificultad para aprender a leer de forma fluida a pesar de
ser niñas y niños inteligentes, con motivación y escolarización normales. La
lectura les cuesta mucho, es lenta y tienen frecuentes errores como:
·
omisiones de letras o silabas (olvidar leer una letra o sílaba)
·
sustituciones (leer una letra por otra)
·
inversiones (cambiar el orden de las letras o silabas)
·
adicciones (añadir letras o silabas)
·
unión y fragmentación de palabras (unir y separar palabras de
forma inadecuada)
·
rectificaciones, vacilaciones y saltos de línea durante la
lectura.
De esta forma, también la comprensión de lo que leen es mala. Es
el trastorno específico del aprendizaje más frecuente en los escolares. Muchas
veces es causa de fracaso escolar y repercute en el desarrollo emocional del
niño y de toda la familia.
características de la dislexia
Generales
- Parece brillante, muy inteligente y articulado pero no puede leer, escribir ni tiene buena ortografía para su edad.
- Se le etiqueta como "flojo", "tonto", "descuidado", "inmaduro", "no trata lo suficiente" o como "problema de comportamiento".
- No esta "tan atrasado" o "tan mal" como para recibir ayuda extra en el colegio.
- Alto IQ, pero sus calificaciones en el colegio no lo demuestran. En exámenes orales le va bien, pero no en los escritos.
- Se siente tonto, baja autoestima, esconde sus debilidades con estrategias compensatorias ingeniosas; se frustra fácilmente y no le gusta el colegio, la lectura o los exámenes.
- Talentoso en el arte, música, teatro, deportes, mecánica, ventas, comercio, diseño, construcción o ingeniería.
- Parece que sueña despierto muy seguido; se pierde fácilmente o pierde el sentido del tiempo.
- Se le dificulta poner atención; parece hiperactivo o soñador.
- Aprende más haciendo cosas con las manos, demostraciones, experimentos, observación y con ayudas visuales.
Visión, lectura y ortografía
- Se queja de mareos, dolores de cabeza o de estómago cuando lee.
- Se confunde con las letras, números, palabras, secuencias, o explicaciones verbales.
- Al leer o escribir presenta repeticiones, adiciones, transposiciones, omisiones, substituciones y revierte letras, números y/o palabras.
- Se queja de sentir o ver movimiento no existente al leer, escribir o copiar.
- Parece tener dificultad con su visión aunque los exámenes de visión resultaron sin problemas.
- Extremada agudeza visual y observación, o carece de la percepción profunda y visión periférica.
- Lee y vuelve a leer sin comprensión.
- Su ortografía es fonética e inconstante.
Oído y lenguaje
- Tiene un oído extendido. Oye cosas que no se dijeron o no son aparentes para los demás. Se distrae muy fácilmente con los sonidos.
- Se le dificulta poner los pensamientos en palabras. Habla en frases entrecortadas; deja oraciones incompletas; tartamudea cuando está estresado; no pronuncia bien las palabras largas, o transpone frases, palabras y sílabas cuando habla.
Escritura y habilidades motoras
- Tiene problemas con la escritura y el copiado; la manera de tomar el lápiz es diferente; su escritura varía o es ilegible.
- Tosco, poca coordinación, malo para los juegos de pelota o de equipo; dificultades con las habilidades motoras finas y/o gruesas; se marea fácilmente con algunos movimientos.
- Puede ser ambidiestro, y muy seguido confunde derecha/izquierda, arriba/abajo.
Matemáticas y manemo del tiempo
- Batalla para decir la hora, el manejo del tiempo, aprender información o tareas secuenciales, o estar a tiempo.
- Depende de contar con los dedos u otros trucos para matemáticas; se sabe las respuestas, pero no puede poner el procedimiento en el papel.
- Puede contar, pero se le dificulta contar objetos y manejar el dinero.
- Puede con la aritmética, pero batalla con los problemas escritos; batalla con el álgebra o matemáticas avanzadas.
Memoria y cognición
- Excelente memoria a largo plazo para experiencias, lugares y caras.
- Mala memoria para secuencias, y para hechos e información que no ha experimentado.
- Piensa primariamente con imágenes y sentimiento, no con sonidos y palabras (muy poco diálogo interno).
Comportamiento, salud, desarrollo y personalidad
- Extremadamente desordenados u ordenados compulsivos.
- El payaso del salón, niño problema o muy callado.
- Sus etapas de desarrollo como gatear, caminar y abrocharse los zapatos fueron antes de lo normal o muy tardías.
- Muy propenso a infecciones en oído, sensible a ciertas comidas, aditivos y productos químicos.
- Puede tener un sueño muy profundo o se despierta muy fácilmente. Sigue mojando la cama.
- Muy alta o muy baja tolerancia al dolor.
- Fuerte sentido de justicia, emocionalmente sensitivo, busca la perfección.
- Los errores y síntomas aumentan dramáticamente cuando experimenta confusión, presión de tiempo, stress emocional o mala salud.
Causas de la dislexia
Existen factores hereditarios que predisponen a
padecerla. Sin embargo, aún no están claros otros factores que pueden estar
implicados en el curso del trastorno, tales como causas genéticas, dificultades en el embarazo o en el parto,
lesiones cerebrales, problemas emocionales, déficits espacio temporales o problemas en cuanto a la orientación secuencial, de percepción visual o
dificultades adaptativas en la escuela.
Estudios del ámbito neurológico han descubierto
diferencias en el giro angular; (estructura cerebral situada en el lóbulo parietal del hemisferio cerebral izquierdo); entre sujetos
disléxicos y grupos de control. Estudios similares han visto que existe un
funcionamiento pobre de esta región cerebral.
Otras teorías del ámbito médico más minoritarias la
asocian a que el hemisferio cerebral derecho, que sería
responsable de procesar la información visual, realiza su tarea a una velocidad
inferior que el lado izquierdo, encargado de los procesos del lenguaje, o a que existe una mala conexión
interhemisférica.
Asimismo, desde el ámbito de la psicolingüística, se ha visto que uno de los
déficits centrales en la dislexia, especialmente en los niños más pequeños, es
una baja conciencia fonológica. La conciencia fonológica es el conocimiento que
tenemos las personas para dividir el habla y la escritura en estructuras cada
vez más pequeñas. Esto es compatible con los estudios neurológicos antes comentados,
ya que se han observado déficits de este tipo en sujetos que han sufrido una
lesión cerebral en el giro angular.
Tipos de dislexia
Respecto
a los tipos de dislexia, en primer lugar se debe distinguir entre dislexia
adquirida y dislexia evolutiva. La dislexia adquirida aparece a causa de una
lesión cerebral concreta. En la dislexia evolutiva, en cambio, el individuo
presenta las dificultades características de la enfermedad, sin una causa
concreta que la explique.
Tanto
en la dislexia adquirida como en la evolutiva, pueden diferenciarse otros tres
tipos de dislexia, clasificados en función de los síntomas predominantes en el
paciente:
Dislexia fonológica
El
individuo realiza una lectura visual de las palabras. La lectura visual es
aquella en la que se observan las palabras de una forma global, deduciendo (más
que leyendo) las palabras conocidas, es decir, eso que la mayoría de las
personas hacen al echar un vistazo rápido a una nota, o cuando buscan una
palabra concreta dentro de un texto. Esto da lugar a dificultades y errores a
la hora de comprender una lectura:
·
Pueden leer correctamente palabras conocidas pero les resulta
imposible la lectura de palabras desconocidas y pseudopalabras (palabras
inventadas que en muchas ocasiones se emplean para evaluar distintas
alteraciones del aprendizaje).
·
Cometen abundantes errores visuales o errores de lexicalización,
por ejemplo leer “casa” en lugar de “casu” o “lobo” en lugar de “lopo”.
·
Errores morfológicos o derivativos, en los que confunden los
sufijos: comía/comiendo, calculadora/calcular.
Dislexia superficial
Este
tipo de dislexia es el más habitual en niños; en este caso se emplea de forma
predominante la ruta fonológica. Esta ruta es la que permite leer las palabras
a partir de los fragmentos más pequeños, las sílabas. Las personas con dislexia
superficial tienen dificultad para leer palabras cuya lectura y pronunciación
no se corresponden, por ello afecta principalmente a angloparlantes puesto que
el inglés es un idioma en el que en muchos casos las palabras no se
corresponden de forma directa con una pronunciación determinada (las letras no
tienen un único sonido, sino que este depende de cómo se hallen combinadas las
mismas en una palabra).
Por
otro lado, las complicaciones derivadas de este tipo de dislexia van asociadas
a la complejidad o longitud de las palabras.
Dislexia profunda o mixta
Solo se
da en los casos de dislexia evolutiva. Se encuentran dañados los dos procesos
de lectura, el fonológico y el visual. Esto supone:
·
Graves dificultades para descifrar el significado de las
palabras.
·
Incapacidad para leer pseudopalabras.
·
Errores visuales y derivativos.
·
Errores semánticos o paralexias, por ejemplo, confundir la
palabra “feliz” con “Navidad”.
·
Dificultad para palabras abstractas, verbos y palabras función
(palabras sin significado que funcionan como nexo entre otras palabras “un”,
“el”, etc.).
Síntomas
Aunque el síntoma más característico de la dislexia
es la dificultad para comprender los signos del lenguaje escrito, este
trastorno es en realidad el resultado de un conjunto de problemas, tanto
psicológicos y aptitudinales como pedagógicos e instructivos. Entre los
primeros se encuentran:
Mala lateralización
Se entiende por lateralidad el predominio
funcional de un lado del cuerpo respecto del otro, es decir, lo que normalmente
hace definir a las personas como diestras, zurdas o ambidiestras. El dominio lateral
de uno de los lados del cuerpo se establece alrededor de los cinco años de
edad. Si se produce alguna alteración en este proceso, el individuo verá
disminuida su capacidad para organizar la visión espacial y el lenguaje.
Normalmente, llevará asociados también problemas psicomotrices (equilibrio, esquema corporal
-percepción del individuo sobre su propio cuerpo- , etcétera).
Alteraciones en la psicomotricidad
Suelen manifestarse en los niños
con dislexia, independientemente de la carencia o no de una lateralidad bien
definida. El conjunto de signos que definen esta alteración suelen presentarse
combinados y provocan un estado de torpeza general a la hora de realizar muchos movimientos. La
falta de ritmo (tanto en el movimiento como en el lenguaje), falta de
equilibrio estático y dinámico, o un conocimiento insuficiente del esquema
corporal, son algunas de las manifestaciones más características de la alteración
psicomotriz en pacientes con dislexia.
Trastornos perceptivos
Al existir un problema a la hora de percibir la
posición de su propio cuerpo, se creará de forma inherente en el individuo una
incapacidad para percibir de manera adecuada la relación espacial de todo
cuanto le rodea, la situación de los objetos (arriba/abajo, delante/detrás), y
la posición de las cosas respecto de sí mismo. Esto influirá también en el
aprendizaje, puesto que al leer y escribir también existirá una percepción
alterada del orden de las letras y las palabras.
Los trastornos pedagógicos e instructivos suelen ser detectados
en niños en edad escolar. Según la edad, se percibirán unos u otros síntomas
que lleven al diagnóstico concreto. Los padres y, principalmente, los profesores,
observarán de forma sistemática confusiones de letras con forma parecida, bajo
nivel de comprensión, errores en la lectura, inversiones, omisiones y adiciones
en la escritura, etcétera.
Aparte de esto, el niño disléxico
tenderá a mostrar falta de atención y
una disminución progresiva del interés por el estudio debido al enorme esfuerzo
que le supone alcanzar los objetivos propuestos y seguir el ritmo de sus
compañeros. Esto, unido a los problemas psicomotrices, lleva en numerosas
ocasiones a que el niño trate de crear un escudo de defensa frente a quienes le
rodean, dando lugar a una inadaptación personal importante.
Diagnostico
En el diagnóstico de la
dislexia, es crucial la implicación de los maestros; ellos son los que más
oportunidades tienen de detectar cualquier indicio de que el niño presenta una
dificultad y, por tanto, de poner sobre aviso a la familia de manera precoz.
Una vez que existe la sospecha de que pueda tratarse de un trastorno de este
tipo, deberán descartarse otras posibilidades como:
·
Una visión defectuosa.
·
Una audición deficiente.
·
Lesiones cerebrales no diagnosticadas.
·
Un coeficiente intelectual inferior a lo normal.
·
Trastornos emocionales.
·
Presencia de alguna otra patología que influya en el aprendizaje
(dolores o malestar que disminuyan la capacidad de concentración).
·
Métodos educativos inadecuados.
·
Una entrevista con la familia es también muy recomendable, ya que esto
permitirá valorar las condiciones del entorno del niño y su posible influencia
en los síntomas observados: embarazo complicado, nivel socio-cultural, clima
afectivo, etc..
Una vez descartada la presencia de
otras anomalías, se procederá a evaluar las características de la enfermedad
mediante distintos test y pruebas para su diagnóstico. Para ello, conviene que
tu pediatra te derive a un logopeda especializado que realice dichas pruebas:
·
Test de Frostig: se emplea en niños de cuatro a
siete años. Este test se realiza para estudiar el desarrollo de la percepción
visual. Evalúa la coordinación visio motora, las relaciones espaciales,
etcétera.
·
Test de análisis de lectura y escritura: son distintos
test que detectan los métodos de lectura y escritura del niño, así como los
mecanismos que no están funcionando correctamente. Los test de lectura se
aplican en niños de menor edad que los test de escritura.
·
Test de comprensión lectora: se utiliza con
niños de seis o siete años, para evaluar su nivel de comprensión a la hora de
descifrar un texto.
También cabe la posibilidad de
evaluar las deficiencias en la capacidad psicomotriz por medio de pruebas
como:
·
Test de estructuras rítmicas de Mira-Stambak: se realiza para
diagnosticar la percepción temporal. Consiste en evaluar la capacidad del niño
para crear un ritmo de forma espontánea, para reproducir un ritmo creado por
otra persona, y para comprender las estructuras y simbolismo del mismo.
·
Pruebas de dominancia lateral: basadas en
estudios de movilidad y flexibilidad de los músculos, pruebas de ejecución de
órdenes (enfilar cuentas, repartir cartas, saltar sobre un pie...).
Tratamientos
Cuando se habla del tratamiento de
la dislexia generalmente se piensa en fichas de lateralidad, orientación
espacial, grafo motricidad, orientación temporal, seriaciones, etc....
Sin embargo no está demostrado que
todo esto sea necesariamente previo al aprendizaje de la lectoescritura ni
"conditio sine qua non" para poder avanzar y recuperar las
dificultades disléxicas. Lo que recomienda Thomson es el "sobre aprendizaje".
Volver a aprender la lectoescritura, pero adecuando el ritmo a las
posibilidades del niño, trabajando siempre con el principio rector del aprendizaje
sin errores, propiciando los éxitos desde el principio y a cada paso del
trabajo de sobre aprendizaje. Se trata de hacer el reaprendizaje correcto de
las técnicas lecto-escritoras, haciéndolas agradables y útiles para el niño, propiciando el éxito, en lugar del
fracaso que está acostumbrado
a cosechar.
Las
colecciones de fichas son útiles como trabajo de apoyo y complementación de la
tarea principal, para variar las tareas y que no sean demasiado idénticas a las
del aula, así como para trabajar determinados aspectos en los que algún niño
debe incidir especialmente.
En
la situación del aula se pueden dar las siguientes sugerencias específicas:
1. Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente
inseguro y preocupado por las reacciones del profesor.
2. Establezca criterios para su trabajo en términos
concretos que él pueda entender, sabiendo que realizar un trabajo sin errores
puede quedar fuera de sus posibilidades. Evalúe
sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no con el
nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdele en los trabajos en las
áreas que necesita mejorar.
3. Dele atención
individualizada siempre que
sea posible. Hágale saber que puede preguntar sobre lo que no comprenda.
4. Asegúrese
de que entiende las tareas,
pues a menudo no las comprenderá. Divide las lecciones en partes y comprueba ,
paso a paso, que las comprende ¡Un
disléxico no es tonto! Puede comprender muy bien las instrucciones verbales .
5. La información nueva, debe repetírsela más de
una vez, debido a su problema de distracción, memoria a corto plazo y a
veces escasa capacidad de atención.
6. Puede
requerir más práctica que un
estudiante normal para dominar una nueva técnica.
7. Necesitará ayuda
para relacionar los conceptos nuevos
con la experiencia previa.
8. Dele
tiempo: para organizar sus pensamientos, para
terminar su trabajo. Si no hay apremios de tiempo estará menos nervioso y en
mejores condiciones para mostrarle sus conocimientos. En especial para copiar de
la pizarra y tomar apuntes.
9. Alguien
puede ayudarle leyéndole el material de estudio y en especial los exámenes. Muchos
disléxicos compensan los primeros años por el esfuerzo de unos padres pacientes
y comprensivos en leerles y repasarles las lecciones oralmente.
Si
lee para obtener información o para practicar, tiene que hacerlo en libros que
estén al nivel de su aptitud lectora en cada momento.
Tiene
una dificultad tan real como un niño ciego, del que no se espera que obtenga
información de un texto escrito normal. Algunos niños pueden leer un pasaje
correctamente en voz alta, y aún así no comprender el significado del texto.
10. Evitar
la corrección sistemática de todos los errores en su escritura. Hacerle
notar aquellos sobre los que se está trabajando en cada momento.
11. Si
es posible hacerle exámenes orales, evitando las dificultades que le
suponen su mala lectura, escritura y capacidad organizativa.
12. Tener
en cuenta que le llevará más tiempo hacer las tareas para casa que a los demás alumnos
de la clase. Se cansa más que los demás. Procurarle un
trabajo más ligero y más breve. No aumentar su frustración y rechazo.
13. Es fundamental hacer observaciones positivas sobre
su trabajo, sin dejar de señale aquello en lo que necesita mejorar y está más a
su alcance. Hay queelogiarlos y alentarlos siempre que sea posible.
14. Es fundamental ser consciente de la necesidad que
tiene de que se desarrolle su autoestima. Hay que darles oportunidades de que
hagan aportaciones a la clase. Evite compararle con otros alumnos en términos
negativos ( así es como a veces se consigue que se conviertan en
caracteriales). No hacer jamás chistes sobre sus dificultades. No hacerle leer
en voz alta en público contra su voluntad. Es una buena medida el encontrar algo en que el niño sea
especialmente bueno y desarrollar su autoestima mediante el estímulo y el éxito.
15. Hay que considerar la posibilidad, como se ha
dicho antes, de evaluarle con
respecto a sus propios esfuerzos y logros, en vez de avaluarle respecto de
los otros alumnos de la clase. (Es la misma filosofía de las adaptaciones
curriculares). El sentimiento de obtener éxito lleva al éxito. El fracaso
conduce al fracaso (profecía que se auto-cumple)
16. Permitirle
aprender de la manera que le sea posible, con
los instrumentos alternativos a la lectura y escritura que estén a nuestro
alcance: calculadoras, magnetófonos, tablas de datos...
Considero
que todo profesional de la
enseñanza debería saber algo sobre
dislexia y tener en cuenta estas oraciones en la medida de lo posible. Se
evitarían muchos problemas en las aulas.
El
papel de los padres en el tratamiento de la dislexia
En
nuestro sistema educativo se da por supuesto que la responsabilidad de la
enseñanza recae sobre el profesor más que sobre los padres. En el caso de los
niños disléxicos, suele recaer sobre el especialista (psicólogo, pedagogo,
logopeda, profesor especializado). Este énfasis en la labor del profesor no es
adecuado por cuanto los padres pueden ser y de hecho son en ocasiones por propia
iniciativa, una fuente de ayuda importante para sus hijos.
El
papel más importante que
tienen que cumplir los padres de niños disléxicos quizás sea el de apoyo emocional y
social. El niño debe de saber
que sus padres comprenden la naturaleza de sus problemas de aprendizaje. Esto
requerirá frecuentemente el tener que dar al niño algún tipo de explicación
acerca de sus dificultades disléxicas. El mensaje importante que hay que
comunicar es que todos los implicados saben que el niño no es estúpido y que
quizá ha tenido que esforzarse mucho más en su trabajo para alcanzar su nivel
actual de lectura y escritura.
También
es importante comunicarle que se le seguirá queriendo, aunque no pueda ir
especialmente bien en el colegio. Hay
que evitar que la ansiedad de los padres aumente
los problemas del niño, aumentando su ansiedad y preocupación generando
dificultades emocionales secundarias.
Los
padres (y todos los que se relacionan con él o ella) deben dejar muy claro al niño que puede
tener éxito, ya que si el niño "sabe" que no puede tener éxito,
porque así se lo hacen sentir las personas importantes de su entorno, el niño
tiene miedo a intentarlo y como en la profecía que se auto-cumple, hace por
fracasar, sin apenas darse cuenta. Esto complica la tarea del especialista.
El
éxito puede implicar una considerable cantidad de trabajo, pero se le hace ver
que se comprende su problema y él va a recibir una ayuda específica a fin de
que pueda superarlo.
Irónicamente,
son a veces los padres que han tenido dificultades similares y que han sufrido
mucho en la escuela son los que tienden a ejercer una presión mayor,
consiguiendo un fin diametralmente opuesto al pretendido. Conviene que admitan
su preocupación y compartir con el niño los problemas que tuvieron. Esto le
hace al niño sentirse más normal.
Es
totalmente inadecuado e inútil comparar en sentido desfavorable al niño
disléxico con un niño sin problemas. Esto
sucede especialmente si el niño que va bien en el colegio es más pequeño que el
que tiene el problema. Conviene recordar que ambos son distintos y que el
disléxico tiene sus cualidades. La rivalidades fomentadas entre hermanos pueden
acabar mal..
Es
importante desarrollar la autoestima a todo los niveles. Puede hacerse
dispensando al niño consideración positiva incondicional, en especial cuando se
siente decaído o fracasado. Es fundamental evaluarlo con su propio nivel,
esfuerzo y rendimiento. La dificultad es no pasar a la sobreprotección, al
"todo vale". Pero la guía es tener clara la escala de valores en la
que se desenvuelve el niño, la situación de partida, el esfuerzo realizado.
Otra
cosa a tener en cuenta
son las dificultades prácticas asociadas
con la dislexia: confusiones
con las horas del día, equivocaciones respecto del lugar donde se colocan las
cosas,tendencia al desorden, distraibilidad, torpeza en ocasiones,
dificultad en el cumplimiento de las instrucciones (sino se le dan muy claras y
concretas y se aseguran de que las haya comprendido). Todo esto exige una buena
dosis de paciencia, pero es tan importante como comprender las dificultades
mismas del aprendizaje del lenguaje escrito.
Los
padres pueden tener en ocasiones un papel directo de enseñantes. Esto depende
en buena medida del tipo de relación que haya entre padres e hijos. A veces es
completamente imposible y hasta desaconsejable que los padres ayuden a sus
hijos. La situación se torna en ocasiones en tan cargada de ansiedad que los
padres o el niño pierden la calma, se enfadan y las condiciones de un
aprendizaje con éxito y de refuerzo positivo sistemático, se vuelven
inalcanzables.
Algo mas sobre la dislexia...
*como saber si tu niño padece dislexia?
test y cuestionarios
responde.....
CENTROS DE APOYO PARA NIÑOS, ADOLESCENTES, ADULTOS DISLÉXICOS:
CONTACTO
Centro Tomatis Del Sur de Sonora, S:C:
Coahuila 664 Norte
Col. Zona Norte
85010 Ciudad Obregon - SONORAMéxico
(+52) 644 415 2112
Tfno.
(+52) 644 1475385
Fax