miércoles, 9 de abril de 2014




Conoce mas sobre la dislexia 

Definición 
Es la dificultad para aprender a leer de forma fluida a pesar de ser niñas y niños inteligentes, con motivación y escolarización normales. La lectura les cuesta mucho, es lenta y tienen frecuentes errores como:
·         omisiones de letras o silabas (olvidar leer una letra o sílaba)
·         sustituciones (leer una letra por otra)
·         inversiones (cambiar el orden de las letras o silabas)
·         adicciones (añadir letras o silabas)
·         unión y fragmentación de palabras (unir y separar palabras de forma inadecuada)
·         rectificaciones, vacilaciones y saltos de línea durante la lectura.

De esta forma, también la comprensión de lo que leen es mala. Es el trastorno específico del aprendizaje más frecuente en los escolares. Muchas veces es causa de fracaso escolar y repercute en el desarrollo emocional del niño y de toda la familia.





características de la dislexia 

Generales

  • Parece brillante, muy inteligente y articulado pero no puede leer, escribir ni tiene buena ortografía para su edad.
  • Se le etiqueta como "flojo", "tonto", "descuidado", "inmaduro", "no trata lo suficiente" o como "problema de comportamiento".
  • No esta "tan atrasado" o "tan mal" como para recibir ayuda extra en el colegio.
  • Alto IQ, pero sus calificaciones en el colegio no lo demuestran. En exámenes orales le va bien, pero no en los escritos.
  • Se siente tonto, baja autoestima, esconde sus debilidades con estrategias compensatorias ingeniosas; se frustra fácilmente y no le gusta el colegio, la lectura o los exámenes.
  • Talentoso en el arte, música, teatro, deportes, mecánica, ventas, comercio, diseño, construcción o ingeniería.
  • Parece que sueña despierto muy seguido; se pierde fácilmente o pierde el sentido del tiempo.
  • Se le dificulta poner atención; parece hiperactivo o soñador.
  • Aprende más haciendo cosas con las manos, demostraciones, experimentos, observación y con ayudas visuales.

Visión, lectura y ortografía

  • Se queja de mareos, dolores de cabeza o de estómago cuando lee.
  • Se confunde con las letras, números, palabras, secuencias, o explicaciones verbales.
  • Al leer o escribir presenta repeticiones, adiciones, transposiciones, omisiones, substituciones y revierte letras, números y/o palabras.
  • Se queja de sentir o ver movimiento no existente al leer, escribir o copiar.
  • Parece tener dificultad con su visión aunque los exámenes de visión resultaron sin problemas.
  • Extremada agudeza visual y observación, o carece de la percepción profunda y visión periférica.
  • Lee y vuelve a leer sin comprensión.
  • Su ortografía es fonética e inconstante.

Oído y lenguaje

  • Tiene un oído extendido. Oye cosas que no se dijeron o no son aparentes para los demás. Se distrae muy fácilmente con los sonidos.
  • Se le dificulta poner los pensamientos en palabras. Habla en frases entrecortadas; deja oraciones incompletas; tartamudea cuando está estresado; no pronuncia bien las palabras largas, o transpone frases, palabras y sílabas cuando habla.

Escritura y habilidades motoras

  • Tiene problemas con la escritura y el copiado; la manera de tomar el lápiz es diferente; su escritura varía o es ilegible.
  • Tosco, poca coordinación, malo para los juegos de pelota o de equipo; dificultades con las habilidades motoras finas y/o gruesas; se marea fácilmente con algunos movimientos.
  • Puede ser ambidiestro, y muy seguido confunde derecha/izquierda, arriba/abajo.

Matemáticas y manemo del tiempo

  • Batalla para decir la hora, el manejo del tiempo, aprender información o tareas secuenciales, o estar a tiempo.
  • Depende de contar con los dedos u otros trucos para matemáticas; se sabe las respuestas, pero no puede poner el procedimiento en el papel.
  • Puede contar, pero se le dificulta contar objetos y manejar el dinero.
  • Puede con la aritmética, pero batalla con los problemas escritos; batalla con el álgebra o matemáticas avanzadas.

Memoria y cognición

  • Excelente memoria a largo plazo para experiencias, lugares y caras.
  • Mala memoria para secuencias, y para hechos e información que no ha experimentado.
  • Piensa primariamente con imágenes y sentimiento, no con sonidos y palabras (muy poco diálogo interno).

Comportamiento, salud, desarrollo y personalidad

  • Extremadamente desordenados u ordenados compulsivos.
  • El payaso del salón, niño problema o muy callado.
  • Sus etapas de desarrollo como gatear, caminar y abrocharse los zapatos fueron antes de lo normal o muy tardías.
  • Muy propenso a infecciones en oído, sensible a ciertas comidas, aditivos y productos químicos.
  • Puede tener un sueño muy profundo o se despierta muy fácilmente. Sigue mojando la cama.
  • Muy alta o muy baja tolerancia al dolor.
  • Fuerte sentido de justicia, emocionalmente sensitivo, busca la perfección.
  • Los errores y síntomas aumentan dramáticamente cuando experimenta confusión, presión de tiempo, stress emocional o mala salud.

Causas de la dislexia
Existen factores hereditarios que predisponen a padecerla. Sin embargo, aún no están claros otros factores que pueden estar implicados en el curso del trastorno, tales como causas genéticas, dificultades en el embarazo o en el parto, lesiones cerebrales, problemas emocionales, déficits espacio temporales o problemas en cuanto a la orientación secuencial, de percepción visual o dificultades adaptativas en la escuela.
Estudios del ámbito neurológico han descubierto diferencias en el giro angular; (estructura cerebral situada en el lóbulo parietal del hemisferio cerebral izquierdo); entre sujetos disléxicos y grupos de control. Estudios similares han visto que existe un funcionamiento pobre de esta región cerebral.
Otras teorías del ámbito médico más minoritarias la asocian a que el hemisferio cerebral derecho, que sería responsable de procesar la información visual, realiza su tarea a una velocidad inferior que el lado izquierdo, encargado de los procesos del lenguaje, o a que existe una mala conexión interhemisférica.
Asimismo, desde el ámbito de la psicolingüística, se ha visto que uno de los déficits centrales en la dislexia, especialmente en los niños más pequeños, es una baja conciencia fonológica. La conciencia fonológica es el conocimiento que tenemos las personas para dividir el habla y la escritura en estructuras cada vez más pequeñas. Esto es compatible con los estudios neurológicos antes comentados, ya que se han observado déficits de este tipo en sujetos que han sufrido una lesión cerebral en el giro angular.




Tipos de dislexia
Respecto a los tipos de dislexia, en primer lugar se debe distinguir entre dislexia adquirida y dislexia evolutiva. La dislexia adquirida aparece a causa de una lesión cerebral concreta. En la dislexia evolutiva, en cambio, el individuo presenta las dificultades características de la enfermedad, sin una causa concreta que la explique.
Tanto en la dislexia adquirida como en la evolutiva, pueden diferenciarse otros tres tipos de dislexia, clasificados en función de los síntomas predominantes en el paciente:  

Dislexia fonológica

El individuo realiza una lectura visual de las palabras. La lectura visual es aquella en la que se observan las palabras de una forma global, deduciendo (más que leyendo) las palabras conocidas, es decir, eso que la mayoría de las personas hacen al echar un vistazo rápido a una nota, o cuando buscan una palabra concreta dentro de un texto. Esto da lugar a dificultades y errores a la hora de comprender una lectura:
·         Pueden leer correctamente palabras conocidas pero les resulta imposible la lectura de palabras desconocidas y pseudopalabras (palabras inventadas que en muchas ocasiones se emplean para evaluar distintas alteraciones del aprendizaje).
·         Cometen abundantes errores visuales o errores de lexicalización, por ejemplo leer “casa” en lugar de “casu” o “lobo” en lugar de “lopo”.
·         Errores morfológicos o derivativos, en los que confunden los sufijos: comía/comiendo, calculadora/calcular.

Dislexia superficial

Este tipo de dislexia es el más habitual en niños; en este caso se emplea de forma predominante la ruta fonológica. Esta ruta es la que permite leer las palabras a partir de los fragmentos más pequeños, las sílabas. Las personas con dislexia superficial tienen dificultad para leer palabras cuya lectura y pronunciación no se corresponden, por ello afecta principalmente a angloparlantes puesto que el inglés es un idioma en el que en muchos casos las palabras no se corresponden de forma directa con una pronunciación determinada (las letras no tienen un único sonido, sino que este depende de cómo se hallen combinadas las mismas en una palabra).
Por otro lado, las complicaciones derivadas de este tipo de dislexia van asociadas a la complejidad o longitud de las palabras.

Dislexia profunda o mixta

Solo se da en los casos de dislexia evolutiva. Se encuentran dañados los dos procesos de lectura, el fonológico y el visual. Esto supone:
·         Graves dificultades para descifrar el significado de las palabras.
·         Incapacidad para leer pseudopalabras.
·         Errores visuales y derivativos.
·         Errores semánticos o paralexias, por ejemplo, confundir la palabra “feliz” con “Navidad”.
·         Dificultad para palabras abstractas, verbos y palabras función (palabras sin significado que funcionan como nexo entre otras palabras “un”, “el”, etc.).

Síntomas
Aunque el síntoma más característico de la dislexia es la dificultad para comprender los signos del lenguaje escrito, este trastorno es en realidad el resultado de un conjunto de problemas, tanto psicológicos y aptitudinales como pedagógicos e instructivos. Entre los primeros se encuentran:
Mala lateralización
Se entiende por lateralidad el predominio funcional de un lado del cuerpo respecto del otro, es decir, lo que normalmente hace definir a las personas como diestras, zurdas o ambidiestras. El dominio lateral de uno de los lados del cuerpo se establece alrededor de los cinco años de edad. Si se produce alguna alteración en este proceso, el individuo verá disminuida su capacidad para organizar la visión espacial y el lenguaje. Normalmente, llevará asociados también problemas psicomotrices (equilibrio, esquema corporal -percepción del individuo sobre su propio cuerpo- , etcétera).
Alteraciones en la psicomotricidad
Suelen manifestarse en los niños con dislexia, independientemente de la carencia o no de una lateralidad bien definida. El conjunto de signos que definen esta alteración suelen presentarse combinados y provocan un estado de torpeza general a la hora de realizar muchos movimientos. La falta de ritmo (tanto en el movimiento como en el lenguaje), falta de equilibrio estático y dinámico, o un conocimiento insuficiente del esquema corporal, son algunas de las manifestaciones más características de la alteración psicomotriz en pacientes con dislexia.
Trastornos perceptivos
Al existir un problema a la hora de percibir la posición de su propio cuerpo, se creará de forma inherente en el individuo una incapacidad para percibir de manera adecuada la relación espacial de todo cuanto le rodea, la situación de los objetos (arriba/abajo, delante/detrás), y la posición de las cosas respecto de sí mismo. Esto influirá también en el aprendizaje, puesto que al leer y escribir también existirá una percepción alterada del orden de las letras y las palabras.
Los trastornos pedagógicos e instructivos suelen ser detectados en niños en edad escolar. Según la edad, se percibirán unos u otros síntomas que lleven al diagnóstico concreto. Los padres y, principalmente, los profesores, observarán de forma sistemática confusiones de letras con forma parecida, bajo nivel de comprensión, errores en la lectura, inversiones, omisiones y adiciones en la escritura, etcétera.
Aparte de esto, el niño disléxico tenderá a mostrar falta de atención y una disminución progresiva del interés por el estudio debido al enorme esfuerzo que le supone alcanzar los objetivos propuestos y seguir el ritmo de sus compañeros. Esto, unido a los problemas psicomotrices, lleva en numerosas ocasiones a que el niño trate de crear un escudo de defensa frente a quienes le rodean, dando lugar a una inadaptación personal importante.







Diagnostico
En el  diagnóstico de la dislexia, es crucial la implicación de los maestros; ellos son los que más oportunidades tienen de detectar cualquier indicio de que el niño presenta una dificultad y, por tanto, de poner sobre aviso a la familia de manera precoz. Una vez que existe la sospecha de que pueda tratarse de un trastorno de este tipo, deberán descartarse otras posibilidades como:
·         Una visión defectuosa.
·         Una audición deficiente.
·         Lesiones cerebrales no diagnosticadas.
·         Un coeficiente intelectual inferior a lo normal.
·         Trastornos emocionales.
·         Presencia de alguna otra patología que influya en el aprendizaje (dolores o malestar que disminuyan la capacidad de concentración).
·         Métodos educativos inadecuados.
·         Una entrevista con la familia es también muy recomendable, ya que esto permitirá valorar las condiciones del entorno del niño y su posible influencia en los síntomas observados: embarazo complicado, nivel socio-cultural, clima afectivo, etc..
Una vez descartada la presencia de otras anomalías, se procederá a evaluar las características de la enfermedad mediante distintos test y pruebas para su diagnóstico. Para ello, conviene que tu pediatra te derive a un logopeda especializado que realice dichas pruebas:
·         Test de Frostig: se emplea en niños de cuatro a siete años. Este test se realiza para estudiar el desarrollo de la percepción visual. Evalúa la coordinación visio motora, las relaciones espaciales, etcétera.
·         Test de análisis de lectura y escritura: son distintos test que detectan los métodos de lectura y escritura del niño, así como los mecanismos que no están funcionando correctamente. Los test de lectura se aplican en niños de menor edad que los test de escritura.
·         Test de comprensión lectora: se utiliza con niños de seis o siete años, para evaluar su nivel de comprensión a la hora de descifrar un texto.
También cabe la posibilidad de evaluar las deficiencias en la capacidad psicomotriz  por medio de pruebas como:
·         Test de estructuras rítmicas de Mira-Stambak: se realiza para diagnosticar la percepción temporal. Consiste en evaluar la capacidad del niño para crear un ritmo de forma espontánea, para reproducir un ritmo creado por otra persona, y para comprender las estructuras y simbolismo del mismo.
·         Pruebas de dominancia lateral: basadas en estudios de movilidad y flexibilidad de los músculos, pruebas de ejecución de órdenes (enfilar cuentas, repartir cartas, saltar sobre un pie...).




Tratamientos

Cuando se habla del tratamiento de la dislexia generalmente se piensa en fichas de lateralidad, orientación espacial, grafo motricidad, orientación temporal, seriaciones, etc....
Sin embargo no está demostrado que todo esto sea necesariamente previo al aprendizaje de la lectoescritura ni "conditio sine qua non" para poder avanzar y recuperar las dificultades disléxicas. Lo que recomienda Thomson es el "sobre aprendizaje". Volver a aprender la lectoescritura, pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño, trabajando siempre con el principio rector del aprendizaje sin errores, propiciando los éxitos desde el principio y a cada paso del trabajo de sobre aprendizaje. Se trata de hacer el reaprendizaje correcto de las técnicas lecto-escritoras, haciéndolas agradables y útiles para el niño, propiciando el éxito, en lugar del fracaso que está acostumbrado a cosechar.
 Las colecciones de fichas son útiles como trabajo de apoyo y complementación de la tarea principal, para variar las tareas y que no sean demasiado idénticas a las del aula, así como para trabajar determinados aspectos en los que algún niño debe incidir especialmente.
   En la situación del aula se pueden dar las siguientes sugerencias específicas:
1. Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente inseguro y preocupado por las reacciones del profesor.
2. Establezca criterios para su trabajo en términos concretos que él pueda entender, sabiendo que realizar un trabajo sin errores puede quedar fuera de sus posibilidades. Evalúe sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no con el nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdele en los trabajos en las áreas que necesita mejorar.
3. Dele atención individualizada siempre que sea posible. Hágale saber que puede preguntar sobre lo que no comprenda.
4. Asegúrese de que entiende las tareas, pues a menudo no las comprenderá. Divide las lecciones en partes y comprueba , paso a paso, que las comprende ¡Un disléxico no es tonto! Puede comprender muy bien las instrucciones verbales .
5. La información nueva, debe repetírsela más de una vez, debido a su problema de distracción, memoria a corto plazo y a veces escasa capacidad de atención.
6. Puede requerir más práctica que un estudiante normal para dominar una nueva técnica.
7. Necesitará ayuda para relacionar los conceptos nuevos con la experiencia previa.
8. Dele tiempo: para organizar sus pensamientos, para terminar su trabajo. Si no hay apremios de tiempo estará menos nervioso y en mejores condiciones para mostrarle sus conocimientos. En especial para copiar de la pizarra y tomar apuntes.
9. Alguien puede ayudarle leyéndole el material de estudio y en especial los exámenes. Muchos disléxicos compensan los primeros años por el esfuerzo de unos padres pacientes y comprensivos en leerles y repasarles las lecciones oralmente.
Si lee para obtener información o para practicar, tiene que hacerlo en libros que estén al nivel de su aptitud lectora en cada momento.
Tiene una dificultad tan real como un niño ciego, del que no se espera que obtenga información de un texto escrito normal. Algunos niños pueden leer un pasaje correctamente en voz alta, y aún así no comprender el significado del texto.
10. Evitar la corrección sistemática de todos los errores en su escritura. Hacerle notar aquellos sobre los que se está trabajando en cada momento.
11. Si es posible hacerle exámenes orales, evitando las dificultades que le suponen su mala lectura, escritura y capacidad organizativa.
12. Tener en cuenta que le llevará más tiempo hacer las tareas para casa que a los demás alumnos de la clase. Se cansa más que los demás. Procurarle un trabajo más ligero y más breve. No aumentar su frustración y rechazo.
13. Es fundamental hacer observaciones positivas sobre su trabajo, sin dejar de señale aquello en lo que necesita mejorar y está más a su alcance. Hay queelogiarlos y alentarlos siempre que sea posible.
14. Es fundamental ser consciente de la necesidad que tiene de que se desarrolle su autoestima. Hay que darles oportunidades de que hagan aportaciones a la clase. Evite compararle con otros alumnos en términos negativos ( así es como a veces se consigue que se conviertan en caracteriales). No hacer jamás chistes sobre sus dificultades. No hacerle leer en voz alta en público contra su voluntad. Es una buena medida el encontrar algo en que el niño sea especialmente bueno y desarrollar su autoestima mediante el estímulo y el éxito.
15. Hay que considerar la posibilidad, como se ha dicho antes, de evaluarle con respecto a sus propios esfuerzos y logros, en vez de avaluarle respecto de los otros alumnos de la clase. (Es la misma filosofía de las adaptaciones curriculares). El sentimiento de obtener éxito lleva al éxito. El fracaso conduce al fracaso (profecía que se auto-cumple)
16. Permitirle aprender de la manera que le sea posible, con los instrumentos alternativos a la lectura y escritura que estén a nuestro alcance: calculadoras, magnetófonos, tablas de datos...

Considero que todo profesional de la enseñanza debería saber algo sobre dislexia y tener en cuenta estas oraciones en la medida de lo posible. Se evitarían muchos problemas en las aulas.
El papel de los padres en el tratamiento de la dislexia
En nuestro sistema educativo se da por supuesto que la responsabilidad de la enseñanza recae sobre el profesor más que sobre los padres. En el caso de los niños disléxicos, suele recaer sobre el especialista (psicólogo, pedagogo, logopeda, profesor especializado). Este énfasis en la labor del profesor no es adecuado por cuanto los padres pueden ser y de hecho son en ocasiones por propia iniciativa, una fuente de ayuda importante para sus hijos.
 El papel más importante que tienen que cumplir los padres de niños disléxicos quizás sea el de apoyo emocional y social. El niño debe de saber que sus padres comprenden la naturaleza de sus problemas de aprendizaje. Esto requerirá frecuentemente el tener que dar al niño algún tipo de explicación acerca de sus dificultades disléxicas. El mensaje importante que hay que comunicar es que todos los implicados saben que el niño no es estúpido y que quizá ha tenido que esforzarse mucho más en su trabajo para alcanzar su nivel actual de lectura y escritura.
También es importante comunicarle que se le seguirá queriendo, aunque no pueda ir especialmente bien en el colegio. Hay que evitar que la ansiedad de los padres aumente los problemas del niño, aumentando su ansiedad y preocupación generando dificultades emocionales secundarias.
Los padres (y todos los que se relacionan con él o ella) deben dejar muy claro al niño que puede tener éxito, ya que si el niño "sabe" que no puede tener éxito, porque así se lo hacen sentir las personas importantes de su entorno, el niño tiene miedo a intentarlo y como en la profecía que se auto-cumple, hace por fracasar, sin apenas darse cuenta. Esto complica la tarea del especialista.
  El éxito puede implicar una considerable cantidad de trabajo, pero se le hace ver que se comprende su problema y él va a recibir una ayuda específica a fin de que pueda superarlo.
Irónicamente, son a veces los padres que han tenido dificultades similares y que han sufrido mucho en la escuela son los que tienden a ejercer una presión mayor, consiguiendo un fin diametralmente opuesto al pretendido. Conviene que admitan su preocupación y compartir con el niño los problemas que tuvieron. Esto le hace al niño sentirse más normal.
 Es totalmente inadecuado e inútil comparar en sentido desfavorable al niño disléxico con un niño sin problemas. Esto sucede especialmente si el niño que va bien en el colegio es más pequeño que el que tiene el problema. Conviene recordar que ambos son distintos y que el disléxico tiene sus cualidades. La rivalidades fomentadas entre hermanos pueden acabar mal..
 Es importante desarrollar la autoestima a todo los niveles. Puede hacerse dispensando al niño consideración positiva incondicional, en especial cuando se siente decaído o fracasado. Es fundamental evaluarlo con su propio nivel, esfuerzo y rendimiento. La dificultad es no pasar a la sobreprotección, al "todo vale". Pero la guía es tener clara la escala de valores en la que se desenvuelve el niño, la situación de partida, el esfuerzo realizado.
 Otra cosa a tener en cuenta son las dificultades prácticas asociadas con la dislexia: confusiones con las horas del día, equivocaciones respecto del lugar donde se colocan las cosas,tendencia al desorden, distraibilidad, torpeza en ocasiones, dificultad en el cumplimiento de las instrucciones (sino se le dan muy claras y concretas y se aseguran de que las haya comprendido). Todo esto exige una buena dosis de paciencia, pero es tan importante como comprender las dificultades mismas del aprendizaje del lenguaje escrito.
 Los padres pueden tener en ocasiones un papel directo de enseñantes. Esto depende en buena medida del tipo de relación que haya entre padres e hijos. A veces es completamente imposible y hasta desaconsejable que los padres ayuden a sus hijos. La situación se torna en ocasiones en tan cargada de ansiedad que los padres o el niño pierden la calma, se enfadan y las condiciones de un aprendizaje con éxito y de refuerzo positivo sistemático, se vuelven inalcanzables. 


  





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